Te entiendo. Despiertas cada mañana sin emoción ni energía por enfrentar un día más porque ya sabes que es exactamente lo que pasará: llegarás a la oficina, solucionaras los pendientes que quedaron del día anterior, es muy probable que te gruña tu jefe por algo que ni siquiera es tu responsabilidad, almuerzas, en la tarde te das cuenta que aunque hayas hecho muchas cosas aun quedan cien mas por hacer. Terminas la jornada y regresas a tu casa para cenar algo, dormir y volver a empezar todo de nuevo.
No puedes planificar tus viajes soñados porque dependes de si alguien más te apruebe o no tus vacaciones, y se lo triste que es para un adulto depender del permiso de otro para tomar una decisión.
Acéptalo, no eres libre, y no lo serás si te mantienes atado al método que te vende el sistema tradicional. No tienes un rumbo y peor un propósito, sientes que no aportas nada a este mundo.
Tranquilo, no es tu culpa. Estadísticamente el 80% de la población económicamente activa no está satisfecha con su trabajo actual.